Como ocurre a menudo, he aquí un tema al que llego con algo de retraso. Pussy Riot es un grupo de música feminista punk que se hizo famoso al tocar una de sus canciones en la Catedral de Cristo el Salvador de Moscú en febrero de este año. En marzo tres de sus integrantes fueron arrestadas con cargos de “vandalismo motivado por odio religioso”. En agosto las tres fueron condenadas a dos años de cárcel; en octubre la condena de una de ellas fue suspendida tras una apelación, pero las otras dos fueron enviadas a campos de prisioneros de la era soviética. La revista Foreign Policy sitúa a Maria Alyokhina, Nadezhda Tolokonnikova y Yekaterina Samutsevich en el puesto 16 de su Lista de intelectuales globales 2012, citando en concreto las declaraciones finales que leyeron en su juicio. Y la verdad es que merece la pena leerlas.
He encontrado solamente la traducción al inglés del ruso original, pero a continuación incluyo algunos extractos de tres discursos colmados de humanismo en los que las chicas de Pussy Riot invocan a la Biblia, Sócrates, San Esteban, Dostoyevski, Montaigne, o Solzhenitsyn.
Yekaterina Samutsevich:
¿Por qué sintió Putin la necesidad de explotar a la religión ortodoxa y su estética? A fin de cuentas, podría haber empleado sus propios instrumentos -mucho más seculares- de poder: por ejemplo, las corporaciones estatales, o su amenazador sistema policial, o su obediente sistema judicial. . . . Aparentemente, sintió la necesidad de una garantía más persuasiva y trascendente de su larga estancia en lo más alto. Se hizo necesario recurrir a la estética de la religión ortodoxa, que históricamente se asocia con el cenit de la Rusia imperial, donde el poder no provenía de manifestaciones terrenales como las elecciones democráticas y la sociedad civil, sino de Dios mismo.
Aparentemente, las autoridades se aprovecharon de un cierto déficit de estética ortodoxa en tiempos soviéticos, cuando tenía un aura de historia perdida, de algo aplastado y dañado por el régimen totalitario soviético, y que por lo tanto representaba una cultura de oposición. Las autoridades decidieron apropiarse de este sentido histórico de pérdida y presentar un nuevo proyecto político con el que restaurar los valores espirituales perdidos por Rusia, un proyecto que poco tiene que ver con una preocupación genuina por la preservación de la historia y cultura de la Rusia ortodoxa.
Maria Alyokhina:
Las instituciones educativas de hoy en día enseñan a la gente, desde la infancia, a vivir como autómatas. No a plantear las cruciales preguntas que surgen a esa edad. Inculcan crueldad e intolerancia frente al inconformismo. Empezando desde la infancia, olvidamos nuestra libertad.
La consecuencia de este proceso que he descrito es humildad ontológica, humildad existencial, socialización. Para mí esta transición -o ruptura- es notable en tanto que, si se enfoca desde el punto de vista de la cultura cristiana, vemos que está reemplazando significados y símbolos con otros que les son diametralmente opuestos. Así pues uno de los conceptos cristianos más importantes, la Humildad, se entiende ahora comúnmente no como un camino hacia la percepción, fortalecimiento y en última instancia liberación del Hombre, sino al contrario como instrumento de su esclavitud.
Habiendo pasado casi medio año en prisión, he llegado a la conclusión de que la cárcel es simplemente Rusia en miniatura.
[En el sistema de gobierno] no hay delegación de funciones, lo que facilitaría considerablemente las vidas de todos. Ni tampoco se permite la iniciativa individual. La denuncia florece junto con la sospecha mutua. En prisión, como en nuestro país en su conjunto, todo está pensado para arrebatar al hombre su individualidad, para identificarlo sólo con su función, tanto si esa función es la de trabajador como la de prisionero.
Es muy extraño que en su reacción a nuestro comportamiento las autoridades hayan olvidado por completo la experiencia histórica de la disconformidad. “Qué desafortunado el país en el que la simple sinceridad se entiende, en el mejor de los casos, como heroísmo. Y en el peor de los casos como desorden mental”, escribió el disidente Vladimir Bukovsky en los años setenta. E incluso aunque no ha pasado mucho tiempo, ahora la gente se comporta como si nunca hubieran existido el Gran Terror ni los intentos de resistirlo. Creo que estamos siendo acusadas por personas sin memoria.
Nadezhda Tolokonnikova:
La pasión, la sinceridad total y la ingenuidad son superiores a la hipocresía, la deshonestidad y la falsa modestia que se usan para disfrazar el crimen. Los llamados líderes de nuestro estado acuden a la Catedral con expresiones mojigatas pero, en su malicia, su pecado es mayor que el nuestro.
Cada día que pasa más personas entienden que si el sistema está atacando con tanta vehemencia a tres mujeres jóvenes que cantaron durante treinta segundos en la Catedral de Cristo el Salvador, tan sólo significa que este sistema teme a la verdad, a la sinceridad y a la franqueza que representamos. Nosotras nunca hemos recurrido a la malicia durante este proceso. En cambio, nuestros oponentes a menudo son maliciosos, y la gente lo percibe. La verdad disfruta de una superioridad ontológica, existencial sobre el engaño, y así está escrito en la Biblia, particularmente en el Antiguo Testamento.
Un ser humano es una criatura siempre en el error, nunca perfecta. Busca la sabiduría, pero no puede poseerla; por eso nació la filosofía. Por eso el filósofo es aquel que ama y anhela la sabiduría, pero no la posee. Esto es lo que en última instancia lleva a un ser humano a actuar, a pensar y a vivir de una cierta manera. Fue nuestra búsqueda de la verdad lo que nos condujo a la Catedral de Cristo el Salvador. Pienso que la Cristiandad, tal y como la entendí al estudiar el Antiguo y especialmente el Nuevo Testamento, apoya la búsqueda de la verdad y la superación constante de uno mismo, la superación de lo que se era antes. No fue en balde que, cuando se encontraba entre prostitutas, dijo Cristo que aquellos que flaquean deben ser ayudados; “les perdono”, dijo. Yo no veo esto en nuestro juicio, que tiene lugar bajo el estandarte de la Cristiandad. Me parece, en cambio, que la acusación está pisoteando la religión.
Igual que Solzhenitsyn, yo creo que al final la palabra quebrará el cemento. Solzhenitsyn escribió: “Así pues, la palabra es más esencial que el cemento. Así pues, la palabra no es una nadería despreciable. De esta forma, las personas nobles comienzan a crecer, y su palabra quebrará el cemento”. [Solzhenitsyn, El Primer Círculo]
¿Se acuerdan de por qué el joven Dostoyevski fue sentenciado a muerte? Toda su culpa yacía en el hecho de que estaba fascinado con las teorías socialistas, y que durante reuniones de librepensadores y amigos celebradas los viernes por la noche discutió los escritos de Fourier y George Sand. Uno de los últimos viernes leyó en voz alta la carta de Belinski a Gogol, una carta llena, según el tribunal que juzgó a Dostoyevski (¡escuchen!) de “afirmaciones insolentes contra la Iglesia Ortodoxa y el gobierno del Estado”.
Les pido que reflexionen detenidamente sobre el siguiente pasaje de los Ensayos de Montaigne, escritos en el siglo XVI, que predicaban la tolerancia y el rechazo escéptico de cualquier sistema o doctrina unilateral: “Supone otorgar un enorme valor a las conjeturas propias el hecho de quemar a un hombre vivo por ellas”.
“Abre todas las puertas, arráncate las hombreras / Ven, saborea la libertad con nosotras” [Pussy Riot]. Eso es todo.
Hay otros sitios para hacer lo que hicieron por mucho que sus argumentos sean más o menos válidos.
Explicanos cuando puedas la entrada de Palestina en la ONU y los intereses de EEUU en Israel.
Espero que no suene a peticion de Dj! Jejeje.
Petición aceptada, Carlos! Pero como estoy bastante ocupado tendrá que esperar hasta el lunes.