El pasado miércoles Egipto logró promover un alto el fuego entre Israel y Hamas que ha dado un respiro a Gaza y a toda la región y que parece seguir en vigor. He aquí la diferencia con la operación Plomo Fundido de 2008-09: a pesar de la retórica, Israel ha parecido conformarse con objetivos limitados. Para explicar esta actitud, me gustaría compartir un pronóstico de tregua hecho un día antes de que se acordase el alto el fuego.
Según me cuenta una amiga, el profesor Ross Brann de la Universidad de Cornell cree que la última semana de hostilidades ha tenido valor político tanto para Hamas como para Israel: al socavar aún más la relevancia de la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas, la violencia ha legitimado aún más a los que mandan en Gaza y a los que dicen en Israel que no existe un interlocutor serio en Palestina.
Para el gobierno de Israel la operación Pilar de Defensa podría haber cumplido con otros objetivos tácticos: mandar un mensaje a Irán (que apoya a Hamas) y reducir el volumen de armamento disponible a los militantes de Gaza en caso de un ataque a Irán; y poner a prueba el tratado de paz entre Israel y Egipto por primera vez después de la Primavera Árabe. En este sentido Israel se habría quedado bastante satisfecho, dada la intermediación moderada del gobierno egipcio, a pesar de la retórica revolucionaria de los Hermanos Musulmanes en El Cairo.
En su curso “Historia del Conflicto Israelo-Palestino” Ross Brann argumentó además que una invasión terrestre rebasaba las prioridades tácticas tanto de Hamas, interesada en minimizar los daños, como del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, a quien le conviene más para su campaña electoral una victoria rápida que una guerra prolongada.
Todo lo cual nos deja ver cómo la guerra, como decía Carl von Clausewitz, es sólo la continuación de la política por otros medios.
Creo que una cosa que nos resulta difícil de entender es lo esterecho de la zona en conflicto. La Franja de Gaza tiene 360 Km2 de superficie. Es más pequeña que el término municipal de Aznalcázar (449 km2), por poner un ejemplo cercano. Israel, por su parte, no es mucho más grande que la provincia de Badajoz (22100 por 21900 Km2). Pequeñez, extrema vecindad y hacinamiento son una parte importante del conflicto, en mi opinión.